El impacto social y el fortalecimiento de nuestra identidad como organización son dos de las principales conclusiones de la Memoria de Actividades de 2018. De las diferentes actividades desarrolladas destacamos los talleres impartidos a menores en el ámbito educativo y el programa de atención psicosocial dirigido a mujeres reclusas y exreclusas. En este último se llegaron a atender el pasado año a 110 mujeres, 22 menores de entre 3 y 13 años y 21 familiares. Para este año nuestra entidad se plantea nuevos retos como son el fortalecimiento del tejido asociativo y el trabajo en red. Para ello, nuestra entidad ha comenzado el nuevo año formalizando nuevas alianzas en el ámbito de la exclusión social y el voluntariado, así como nuevas líneas de trabajo para la consolidación de los programas.